En la villa de Noviercas, a ocho días del mes de Febrero de mil y quinientos y sesenta y ocho años.
Los señores licenciado Montoya y Juan de Castejón, alcaldes ordinarios de la dicha villa, y Pedro Millán regidor de la dicha villa, y Juan Mateo diputado de la dicha villa; y por ante mí Diego de Molina escribano público de la dicha villa

Estando ayuntados a concejo a campana tañida en la sala del concejo dijeron que por cuanto por dicho y parecer de muchas personas que tienen experiencia de ello, y tienen conocimiento del sitio y tierra aparejada para viñas, se ha siempre afirmado la tierra concejil de Los Garavajales de esta villa es muy apropiada y aparejada para plantar en ella viñas y llevar buen fruto, de lo cual hay gran necesidad en esta villa, y puesto en efecto se seguiría gran provecho, así para el adornamiento del lugar y recreación de las gentes de él y excusar otros vicios, y así mismo gran provecho con el fruto que en ello se puede coger; y atento que por los pasados, movidos por estas mismas razones, han sido en el mismo sitio otras veces plantado y había dado muy buena muestra, y después se habían destruido por vicio de algunas personas; y atento que del dicho pedazo de tierra esta villa no tiene provecho de labor ni de pasto, por ende, que considerando todas estas cosas y que toda la gente de esta villa está ya caída en la cuenta del provecho que de ello se seguiría, los dichos señores, justicia y regidores de la dicha villa de Noviercas, y otras personas del ayuntamiento, con celo de aprovechar esta república y volver a efecto lo que con tan sin razón se había destruido, había acordado en su ayuntamiento que se hiciesen las dichas viñas; y para las partir entre los vecinos y echar suertes y tajones habían nombrado a Antón Abad y a Pedro Ledesma el mayor, y a otras personas que otras veces se habían hallado en lo mismo; los cuales en cumplimiento de lo a ellos mandado repartieron el dicho pedazo de tierra de Los Garavajales en nueve tajones, y cada tajón en ciertas suertes, y cada suerte en ciertos pagos, como todo ello parece por la orden siguiente:

La orden que nosotros Antón Abad y Pedro Ledesma el mayor, vecinos de esta villa, tuvimos por mandado del ayuntamiento en repartir y tajonear y sortear el término y tierras contenidas concejiles que llaman de Los Garavajales es de esta manera:

Primeramente

Por cuanto para salir de esta villa a las dichas viñas y pasar al río viejo y camino de Ciria no dejamos en las dichas viñas más de un paso y camino, que es el que sale de Carralavajo el cual queda con la anchura que solía tener, por tanto, para los que salieren del camino que llaman de La Solana, bajados ya de la Cuesta de la Solana, hicimos a mano izquierda, y amojonamos, un camino por donde solía ir una senda por tierras de Herederos, queda el camino que solía antes entrar en las viñas, para que dándolo a las dichas piezas de Herederos se les satisfaga lo que se les toma con ello, o con el precio de ello.

Después de esto, tomando algunos inconvenientes por excusar otros mayores, repartimos todo lo concejil de los dichos Garavajales; los nueve tajones; los cuales comienzan y van por la orden siguiente:

Primer tajón
Hicimos el primer tajón comenzando en el dicho paso; donde se juntan los dichos dos caminos de Carralavajo y La Solana, a mano derecha del dicho paso yendo hacia el río.
Suertes: Que van las suertes de este dicho tajón desde El Coto hacia el dicho río, entran veinte y siete suertes.
- Que la primera de junto al paso, y sigue el paso adelante; tiene treinta varas, y por la otra parte veinte y ocho varas de frontera; tiene de largo el paso adelante ciento y cuarenta y ocho varas.
- Tienen las tres suertes siguientes a ésta, de frontera por el dicho Coto de frontera han veinte y cinco varas, y por la otra parte de arriba han veinte varas.
- Tienen las otras tres suertes siguientes a éstas, por la parte del dicho Coto veinte y cuatro varas de frontera, y por la otra parte a diez y siete varas.
- Tiene otras cuatro suertes siguientes a estas, de frontera por el Coto han veinte varas, y de la otra parte de arriba han trece varas.
- Tienen otras diez y seis suertes siguientes como van estas otras, de frontera por el Coto han diez y seis varas, y por la otra parte, las seis de ellas primeras han trece y las [otras] diez a doce varas.

Segundo tajón
Hicimos otro tajón, que es desde el susodicho hasta la cequia del molino del bachiller Gonzalo; y es delante [de] la puerta del dicho molino.
Suertes: Entran en este tajón diez y seis suertes.
Cábeles de frontera, por la dicha cequia han once varas, y por la otra frontera a quince varas; tiene de largo la suerte bajera, el Coto abajo, ciento y cuarenta y tres varas; y tiene de largo la suerte somera, por la sendilla que iban al molino, ciento y veinte y una varas; queda paso entre la cequia y las dichas viñas hasta el dicho molino, y desde el dicho molino vuelve a mano izquierda el dicho paso, por entre la suerte somera y una pieza que tiene Pedro Gómez de la capellanía de Alvar Pérez de Chaugue; es el paso de ancho seis varas.

Tercero tajón
Hízose el tercer tajón encima del susodicho; que es desde la senda que iban al molino, de aquí a las tapias de la huerta de Alonso de Lope.
Suertes: Entran en él otras diez y seis suertes. Cábeles de frontera por la parte de hacia la cequia del molino del bachiller Gonzalo trece varas, y por la otra parte hacia El Coto les cabe a catorce varas y media; tiene de largo la somera y bajera suertes, hacia el lugar, ciento y cuarenta y cinco varas; tiene de largo la postrera suerte hacia La Torrecilla, ciento y veinte y ocho varas.

Cuarto tajón
[Al pie de este folio hay una anotación con la corrección de errores; la omitimos]
Hízose otro tajón a par del susodicho, que es desde donde éste descabeza hasta el paso.
Suertes: Entran en él otras diez y seis suertes. Cábeles de frontera: por la parte de hacia el paso a diez y siete varas y una cuarta, y por la otra parte a catorce varas y media; tiene de largo la suerte somera doscientas y sesenta varas, y la postrera ciento y cincuenta y ocho varas de frontera.

Quinto tajón
Hízose otro tajón encima del susodicho, que es desde el paso hasta la pieza de Martín Hernández.
Suertes: Entran en él veinte y nueve suertes; y cábeles comenzando por abajo hacia arriba, llevan las diez suertes someras, a trece varas de frontera por el paso, y por la otra parte hacia la pieza de Martín Hernández a once varas; y las otras diez suertes siguientes pos éstas llevan, por el paso de frontera a quince varas y por la otra parte a trece varas; y luego cinco suertes siguientes a éstas, llevan de frontera por el dicho paso a diez y ocho varas y por la otra parte a quince varas; y luego las tres siguientes a éstas llevan de frontera por el paso a veinte y dos varas, y por la otra parte a quince varas; la suerte postrera lleva de frontera por el paso cuarenta y seis varas y por la otra parte seis varas; tiene de largo ciento y nueve varas; tuvo de largo la suerte primera de este tajón doscientas y ochenta y seis varas
[lista de correcciones de este folio]

Sexto tajón
Del paso hacia Carraborobia se hicieron cuatro tajones. El primer tajón es donde se junta la senda que baja de La Solana con el paso de Carralavajo y va el paso adelante hasta unos mojones grandes
Suertes: y entran en él veinte y ocho suertes, que les cupo de frontera a la primera suerte que comienza en la dicha senda veinte y ocho varas de frontera por el paso, y por la otra parte quince varas; y a la otra suerte de junto a ésta por el paso veinte y seis varas de frontera y por la otra parte quince varas. La tercera suerte tiene por el paso veinte y dos varas y por la otra parte catorce varas; y todas las demás de este tajón van por aquella frontera a catorce varas, y por el paso las tres siguientes a éstas a diez y ocho varas, y las otras cinco siguientes a diez y seis varas, y otras cinco siguientes a éstas a quince varas por el paso, y otras diez siguientes tras éstas a catorce varas; tiene de largo la primera y bajera suerte desde el paso hasta donde descabeza el dicho tajón, ciento y diez y ocho varas; y tiene de largo la suerte somera      varas [no se indica longitud]

Séptimo tajón
Hízose otro tajón a la par de este primero que es dende este susodicho, de aquí al camino de Carraborobia en las piezas que quitaron por los apeos del concejo.
Suertes: Entran en este dicho tajón veinte y ocho suertes; que la frontera de ellas y de cada una de ellas es la misma que tiene el otro tajón donde se junta con éste, y por la misma señal y medida, y tienen de frontera por el dicho camino, la primera y bajera de hacia El Rebollar tiene diez y seis varas y media y tienen otras dos suertes siguientes a ésta a quince varas y media por el camino, y tienen otras tres suertes siguientes a éstas a catorce varas y media; y todas las demás restantes en este dicho tajón tienen de frontera por el dicho camino a doce varas y media; tiene de largo la suerte bajera y primera ciento y diez y ocho varas; y tiene de largo la suerte postrera de este dicho tajón      varas [no se indica longitud]

Octavo tajón
Hízose otro tajón que va por el dicho paso adelante; dende los mojones grandes hasta donde fenece el sitio de las viñas, que es en una pieza de Juan Martínez, según que parece por los apeos.
Suertes 35: Entran en este dicho tajón treinta y cinco suertes; que les cabe a cada una de frontera por el dicho paso a catorce varas, y por la otra frontera que es donde se tronza este tajón, y afrenta con otro que se hace después de éste; a trece varas cada suerte; tiene de largo la suerte somera y bajera [siguen dos renglones en blanco y rayados]
Excepto que las tres suertes bajeras se les dio, a la somera diez y siete varas, y a la segunda diez y seis, y a la tercera quince varas de frontera por el dicho medianil de entre ambos tajones; y lo mismo y mismas fronteras son para el otro tajón y zaguero

Noveno tajón
Hízose otro tajón que es el postrero de los dichos nueve tajones; y es a par del tajón pasado y llega a las piezas de Herederos que sale de Carraborobia.
Suertes 35: Entran en él otras treinta y cinco suertes; y cábeles de frontera, por la parte de hacia las dichas piezas de Herederos, a diez varas cada suerte y por la otra parte las mismas fronteras de este otro tajón; que tiene de largo la bajera y primera suerte de este tajón trescientas y cincuenta varas, y la postrera y somera suerte doscientas y noventa y cinco varas.
Quedan dos pedazos, el uno a la parte de arriba del susodicho tajón, entre las piezas de La Rojera y las dichas viñas; y el otro entre la pieza de Hernán Gómez y el paso y las viñas; para que si hubiere algunos vecinos más de las dichas doscientas y treinta suertes que arriba son repartidas, se les dé allí suertes a los que postreros salieren en las suertes.
Entra en estas suertes un pedazo de hasta una yugada que se toma a una pieza del señor alcalde Juan de Castejón, hásele de dar satisfacción en tierra concejil.
Las suertes que salieren han de comenzar por el primer tajón, y así sucesivamente por los demás tajones sucesivamente por la orden que aquí van asentados.

Ítem, que se guarden acerca de estas viñas las ordenanzas hechas a siete de Febrero de este año de sesenta y ocho años, que fue ayer; las cuales fueron allí leídas, que fueron hechas por el ayuntamiento de esta villa.
Ítem, que si alguno muriere dentro del término que tiene para cerrar y no hubiere dado ni vendido su suerte que la herede su hijo mayor que no tuviere suerte.
Y para que en la dicha partición no haya agravio ninguno sino el que su ventura a cada uno le diere, los dichos señores alcaldes y regidores hicieron juntar a concejo público, en el cual en presencia de todos echaron en cédulas los nombres de los vecinos de esta villa que a su noticia vinieron, cada uno en una cédula apartada que parecieron doscientas y veinte y [espacio en blanco] cédulas; las cuales echaron en una olla grande y las revolvieron, e hicieron traer a Rodrigo de Montoya hijo del dicho licenciado Montoya, niño de cuatro años, para que las saque una a una, y porque las suertes son doscientas y treinta si sobrare una suerte y faltare un vecino, entiéndase que le cupo aquella por suerte, y si sobraren más suertes y faltaren más vecinos, que entre aquellos echen suertes entre las que quedaren hasta las doscientas y treinta.

Y con esto se comenzaron a sacar las dichas cédulas de suertes por el dicho niño

Y con esto quedaron las dichas suertes echadas según y como arriba van declaradas de letra de Diego de Molina escribano de esta villa.

Ítem, que a todas las personas que aquí se le dan suertes se les carguen los repartimientos enteros y que se hagan los repartimientos haciendo memorial de estas suertes.
Licenciado Montoya de Lizana - Juan de Castejón - Miguel Solano - Pedro Millán - Martín García Castejón - Pedro Ledesma - Juan Mateo - Antón Abad.

Mandose que los clérigos den fianzas de pagar todo lo que son obligados, que es fuente y puente, y médico, y fiesta de la Trinidad, y lo demás que los clérigos son obligados.
El bachiller García clérigo dio por sus fiadores a Pedro Ledesma mayor y Martín Gonzalo que estaban presentes ..?.. los cuales lo aceptaron y dijeron que se obligaban en forma a todo lo susodicho. Testigos Juan Martínez Soldado y Diego Hernández sastre.
El bachiller Martín García - Pedro Ledesma - A ruego de Martín Gonzalo lo firmó un testigo: Diego Hernández

Por el señor Pedro Gómez clérigo, salió por fiador Pedro Gómez boticario.
Por el señor Juan Ruiz clérigo salió por fiador Juan Martínez Soldado.
Por Francisco Millán clérigo salió el señor Juan de Castejón alcalde.
Por el señor Pedro Pérez, Pedro Laguna Soldado
Pedro Pérez - Juan Martínez Soldado - Juan de Castejón - Francisco Millán - Pedro Gómez - Pedro Laguna Soldado